martes, 13 de agosto de 2013

MI HIJO NO PUEDE TOMAR LECHE




Karla Trigueros es madre de Valeria, una niña de apenas un año que sufre de intolerancia a la lactosa.

Karla llego a mi consultorio porque su bebé lloraba incansablemente después de tomar su biberón; al estudiar su historia clínica Valeria había sido una bebé prematura con bajo peso al nacer, condiciones que normalmente llevan a sospechar a un pediatra que el llanto por el cual su madre llego preocupada no era más que una intolerancia a la lactosa.

La intolerancia a la lactosa en los niños es la incapacidad para digerir la lactosa, o azúcar que se encuentra en la leche y otros productos lácteos. Lo que comúnmente sucede es que el intestino delgado no produce suficiente enzima lactasa que es la que absorbe los alimentos, comúnmente los bebés prematuros suelen también tener un sistema digestivo inmaduro y presentan este problema. Los niños nacidos a término (es decir después de las 38 semanas de gestación) pueden no mostrar signos de intolerancia hasta cumplidos los 3 años de edad.

Cuándo sospechar que su hijo es intolerante a la lactosa

Si su hijo después de  30 minutos a dos horas de haber ingerido productos lácteos presenta distensión abdominal (pancita inflamada / soplada), cólicos, diarrea,  gases o náuseas, puede estar ante un cuadro de intolerancia a la lactosa, si a esto le suma un crecimiento lento o pérdida de peso es candidato idóneo a practicarle los exámenes de laboratorio para determinar si lo padece.


Cómo se diagnostica

Mediante un examen de lactosa en la respiración (examen de hidrógeno en la respiración), dura entre 2 o 3 horas, el niño toma una solución de lactosa en agua y sopla dentro de una bolsa de recolección cada media hora. Las muestras de respiración son analizadas para medir la cantidad de hidrógeno, uno de los gases producidos en el intestino grueso. Se diagnostica intolerancia a la lactosa cuando se detecta un aumento significativo del nivel de hidrógeno en la respiración.
Otro método más complicado es mediante una endoscopia. La prueba se realiza mientras el niño está bajo anestesia o sedación. Se toma una pequeña muestra de tejido (biopsia) del intestino delgado. Las células en la muestra se analizan para ver si la actividad de la enzima lactasa es normal.

Cómo tratar la intolerancia a la lactosa.

La solución es más sencilla que su diagnóstico: retirando la lactosa de la dieta del niño y si es lactante y se alimenta de seno materno también retirar la lactosa de la dieta de la madre, en un principio por unas dos semanas (todos los productos lácteos) y poco a poco re introducir la leche en la dieta en pequeñas cantidades, dependerá del retorno o no de los síntomas el aumento o no de las cantidades de leche a consumir. Es muy importante mantener el resto de los elementos de la dieta  constantes y simples durante este periodo, ya que hay otros alimentos que podrían causar síntomas semejantes. Si los síntomas del niño mejoran durante la supresión de los lácteos habría que valorar sustituir la leche por una libre de lactosa. Cuando el sistema digestivo del niño madure con la edad, también se podría ir superando este problema.
Los niños con este padecimiento deben incorporar calcio en su dieta. Aliente a su hijo a consumir otros alimentos ricos en calcio que no contengan lactosa, como brócoli, coliflor, hojas de nabo, salmón, almendras, soya, frutos secos, jugo de naranja fortificado y tofu.
Para la mayoría de las personas, la intolerancia a la lactosa es un problema para toda la vida, sin embargo para algunos niños puede ser una afección pasajera.




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